
Cebolla amarilla
La más usada, de piel gruesa y pulpa blanca. Es especialmente adecuada para freír, saltear, rehogar, asar o caramelizar. Sin embargo, no es la opción ideal para consumir cruda, ya que su sabor puede resultar algo picante.

Cebolla roja
Añade un atractivo visual a tus recetas. Originaria de Italia, esta variedad es muy apreciada por los chefs debido a su sabor dulce y su textura delicada. Por esta razón, es ideal para consumir cruda en ensaladas o en forma de encurtido.

Cebolla blanca
Tiene un sabor más fuerte, son de mayor tamaño que otras variedades y su piel es más fina. Su textura crujiente la hace perfecta para freír (aros de cebolla) o incluir en salteados (wok).

Chalota
Tiene un sabor más delicado y dulce en comparación con otras cebollas, lo que la convierte en una excelente opción para salsas, aderezos y platos gourmet. Es ideal para usar cruda en ensaladas o como guarnición, ya que su sabor suave no abruma los demás ingredientes.

Patata Kennebec o Gallega
Muy versátil, es conocida por su textura suave y su capacidad para absorber sabores, lo que la hace ideal para purés, frituras, guisos y asados. Su alto contenido de almidón la convierte en una excelente opción para papatas fritas crujientes y doradas.

Patata Agria
De gran tamaño, piel delgada y una pulpa amarilla. Es ideal para freír, gracias a su bajo nivel de azúcares y su textura, que resulta crujiente por fuera y suave por dentro. Su excelente capacidad de conservación, la hace ideal en la industria alimentaria.



